A unos 50 minutos en coche, a 27 km al este de la ciudad de Kaesong, en un lugar remoto y tranquilo junto a la tierra de nadie que divide las dos Coreas, se encuentra un puesto militar norcoreano donde nos espera un oficial del Ejército Popular de Corea.
Cine en la ciudad de Kaesong. Comenzamos el viaje al puesto militar desde la ciudad de Kaesong.
El muro de hormigón es un símbolo tangible de la triste división de Corea. La RPDC afirma que Corea del Sur construyó un muro que atraviesa la península de Corea y que muestra así su intención de mantener una Corea dividida.
A diferencia de Panmunjom, que es prácticamente visitada por todos los viajeros, el muro de hormigón no se visita tanto.
Partimos de la ciudad de Kaesong y nos dirigimos hacia el este pasando por zonas rurales y pequeños pueblos. El camino es estrecho y está lleno de baches, pero nos permite ver cómo es l vida en zonas rurales remotas de la RPDC. A veces recogemos al oficial del ejército norcoreano en la misma ciudad de Kaesong si éste no se encuentra en su puesto de trabajo, y vamos juntos en el autobús durante casi una hora.
Notará que si hay soldados por el camino que saludarán al oficial en nuestro autobús. También es común ver a la gente mirarnos asombrados ya que no es tan común que pasen extranjeros por aquí.
Una vez que lleguemos al puesto militar, subiremos por un sendero en forma de trinchera hacia una sala de conferencia donde el oficial militar nos hablará el muro de hormigón. La sala está pegada la zona desmilitarizada que divide la península coreana en dos.
También habrá jóvenes soldados custodiando el puesto, de hecho nos suelen saludar de forma tímida y algo emocionados si no se han encontrado con grupos de extranjeros en el pasado.
El oficial del Ejército Popular de Corea nos dará una cálida bienvenida y nos pedirá tomar asiento mientras explica qué es lo que estamos a punto de ver en Corea del Sur. Nuestra guía traduce.
Después de su explicación y de responder a cualquier pregunta que podamos tener, salimos de la sala de conferencias y nos dirigimos a la plataforma de observación.
Aquí hay varios prismáticos de larga distancia para que pueda echar un vistazo a dónde supuestamente está el muro de hormigón.
Mirando a través de la zona desmilitarizada, podrá ver claramente los puestos militares de Corea del Sur y las banderas de la ONU y de Corea del Sur ondeando al viento. En medio se encuentra la DMZ; una tierra de nadie de 4 km de ancho que no ha sido tocada humanos durante casi 7 décadas, dejada a la naturaleza y, paradójicamente para un lugar que representa la división un pueblo, convirtiéndose en un paraíso seguro para la flora y la fauna local.
En cuanto al famoso muro de hormigón en sí, si el día está despejado, en algunos puntos puede detectar un patrón en el lado surcoreano que se asemeja a la estructura de una pared que serpentea alrededor de los árboles. Corea del Sur niega tener tal muro y dice que tiene trampas de tanque, aunque niega que cubran toda la distancia de la península coreana. Venir aquí es una experiencia interesante, aunque hemos tenido viajeros que han salido con quizás más preguntas que cuando llegaron.
Interesante: a veces podemos escuchar música Kpop a todo volumen viniendo de altavoces surcoreanos dirigidos al Norte. Al igual que en Panmunjom, su teléfono móvil puede que tenga señal del de Corea del Sur.
Consejo útil: Si tiene cigarrillos como regalo, el oficial coreano se lo agradecerá.
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